viernes, 4 de septiembre de 2009

EL JARDÍN DE MI CABAÑA




El jardín de mi cabaña…

El jardín está crecido
perpetuo de rosas rojas
son consuelo a mis congojas
por aquel amor perdido.
Cada príncipe nacido
con fragancia sin igual
se abre de modo especial
regalando ante mis ojos
los púrpuras y los rojos
colores de mi rosal.

En medio de este zorzal
se avistan dos esculturas
son Ángeles criaturas
que protegen el umbral.
Ya de manera informal
el verde se va meciendo
las petunias floreciendo
a la vista de una palma
que le sonríe a mi alma
para que siga viviendo.

El jardín de mi cabaña
ese que vuelve a crecer
no deja de florecer
cuando la lluvia lo baña.
El limonero con maña
se repleta de limones
los pinos tan retozones
juguetean con la luna
y la hortensia cual ninguna
me regala sus botones.

A la ortiga de Vivianne Alegret

Zolapada cual amiga
la vi tan verde sembrada,
erguida, disimulada,
como una graciosa espiga.
Mas perdona que te diga
cuan equivocada estaba
resulta que me esperaba
el látigo de su abrojo
ese que quema a su antojo
si acaso yo la tocaba.

Y mi mano acariciaba
sus hojas más yo noté
que cuando al tallo llegué
una brasa me quemaba.
La mano se me inflamaba,
que sensación, me dolía,
que planta tan dura, impía,
me decía sin cesar
como la pude regar
mientras ella más crecía.

¡Fuera del jardín he dicho
a quien daña sin dar flor!
planta indigna sin valor
que nace a son y a capricho.
Vete a crecer a otro nicho
donde lo malo prospera,
fuera de mi jardinera
yo no quiero una enemiga
¡que triste ser una ortiga
sin flor en la primavera!.

No hay comentarios: